El roldanense que va a desafiar la montaña arriba de su bicicleta
En cuestión de días, Claudio Figueroa viajará hasta La Cumbre a participar de una exigente competencia. Lo acompañan otros dos atletas locales.
A Claudio Figueroa el deporte le corre por las venas. Profe de educación física en el Colegio Del Sol, preparador de las divisiones inferiores de Club Sportsman y guardavidas en temporada alta, está también al frente del grupo de entrenamiento Nómede. Pero todo eso no le basta y para saciar su necesidad de desafiarse, cada año decide emprender una aventura que tenga al ejercicio físico como meta.
El próximo 1° de mayo estará participando del Desafío Río Pinto, una de las más duras y renombradas competencias de mountain bike del país, a la que asisten deportistas de todo el mundo. “Suelo correr maratones de larga distancia en montaña, pero este año decidí que era momento de darle un descanso al cuerpo y cambiar de deporte. Le propuse a gente que entreno que me acompañe y se engancharon, así que vamos a ser tres de Roldán, junto con Oscar Calvet y Marcelo Figueroa”, cuenta en diálogo con El Roldanense.
Desde hace ya varios meses los esfuerzos de los tres deportistas están apuntados hacia allí: por semana recorren entre 250 y 300 kilómetros arriba de una bici, actividad que cruzan con otra disciplina como correr o nadar para que los músculos no se cansen.
“No somos ciclistas por naturaleza, por lo tanto nos aburre un poco estar cuatro o cinco horas arriba de una bicicleta. Entonces alternamos por algunos circuitos que armé entre San Jerónimo y Rosario, vamos por calles de tierra, con pendientes, y si los días están feos y hay mucho barro, es formidable”, explica Figueroa.
Tal como ocurre cada vez que Claudio se presenta en una competencia, el primer objetivo que se traza es completar el tramo y llegar a la meta. Aunque a medida que avanzan los meses y se acerca el momento de dejar todo en la pista, surge ese sentimiento de querer algo más. Este caso no fue la excepción, y el roldanense asegura que con su grupo están en condiciones de llegar entre el primer tercio de competidores. Con eso, ya se dan por satisfechos.
Sin embrago, entiende el deporte desde la misma esencia, por eso nunca el resultado obtenido nubla el recorrido que se hizo hasta alcanzarlo, y en el inicio de todo está el goce. “Mi objetivo es siempre que se disfrute lo que se hace y el aprendizaje de las cosas, no la elite. Y lo mismo transmito a mis alumnos. Lo mío es lo pedagógico, lo lúdico y recreativo. No la competencia”, define.
Entre la escuela, el fútbol y su academia, tiene debajo de su ala la actividad física de casi 900 chicos de entre dos y cinco años. Esto no es casual sino que es algo que Figueroa buscó, ya que su gran pasión es formar desde el inicio, marcarles un camino, y lograr objetivos posibles.
Medio Iron Man
El hecho de bajar un cambio y competir en mountain bike es para Claudio, como ya explicó, para descansar el cuerpo y evitar lesiones. Es que viene de dos años anteriores donde se exigió mucho: primero con el Cruce Columbia entre Chile y Argentina, y después con el mismo desafío que se hizo entre Salta y Jujuy. Pero hay más: tiene pensado en 2017 jugarse a hacer el medio Iron Man que se corre en Buenos Aires.
Se trata de una de las más exigentes disciplinas del mundo, donde tienen que atravesar 2 kilómetros a nado, 90 en bicicleta y 21 corriendo. Por eso, el deportista sabe que después de Río Pinto se le viene nuevamente un fuerte entrenamiento, aunque no es algo que lo desespere, sino que más bien lo motiva.