La Ciudad

Pedaleando el Corazón: una travesía en bici que tuvo a Roldán como parada

Dos ciclistas buscan unir Buenos Aires con Perú en dos ruedas. Salieron el 6 de enero y este martes pernoctaron en la cuidad. Conocé la experiencia y a sus protagonistas.

Dos viajeros a pedal visitaron este martes por la noche Roldán en una de sus paradas del viaje que emprendieron el 6 de enero en la ciudad de Buenos Aires, y que finalizará dentro de unos 40 días en Cuzco, Perú.

Nico y Nacho, de 25 años, se conocieron el año pasado en el instituto de Educación Física donde uno trabaja como profe y otro es alumno. Los dos amigos, amantes de los deportes, decidieron “ser locos, intrépidos, arriesgados y disruptivos con la vida” y se lanzaron a viajar en bicicleta. Le pusieron nombre a su locura: Pedaleando el Corazón y armaron una página de Facebook para contar las crónicas de su viaje.

Su tercera noche, ya fuera de la provincia de Buenos Aires, los encontró en Roldán donde fueron recibidos por los Bomberos Voluntarios. Nicolás contó a El Roldanense que la primera parada en la provincia fue una experiencia “lindísima». Y contó: «Nos quedamos muy contentos con los chicos del cuartel de bomberos”.

“Roldán nos recibió muy bien, llegamos y paramos en La Romana a comprar unos pancitos porque veníamos pedaleando todo el día desde San Nicolás, donde salimos a las 8 de la mañana, eran las 7 de la tarde cuando llegamos”, comentó el viajero y agregó: “Nos quedamos a dormir ahí, compartimos unos mates y unas charlas con los bomberos que estaban de guardia”.

Ese día pedalearon un poco más de 90 kilómetros, por momentos bajo el rayo del sol, por otros bajo la lluvia. Amanecieron en San Nicolás y llegaron a Roldán con “muchísimo cansancio, después de tres días de viaje”. Los ciclistas pedalean entre 80 y 100 kilómetros por día, con el objetivo de recorrer en unos 40 días los 3200 kilómetros que separan Buenos Aires de Cuzco. “Vamos programando entre 80 y 100 kilómetros de viaje por día pero también escuchando lo que nos canta el cuerpo porque no hay que sobre exigirlo”, reflexiona Nico y demuestra así que la intención del viaje es, en todo momento, aprehender.

Cuando decidieron emprender este viaje en bicicleta fue porque sintieron que las bicis eran el mejor modo de conectarse con la gente de cada ciudad. “Es algo maravilloso, nosotros paramos con la bicicleta y la gente te viene a preguntar, te da una mano, nos va pasando contactos para poder parar en cada lugar que lleguemos, nos ofrecen un lugar para dormir, nos invitan a almorzar”, relatan.

Los ciclistas partieron con dos bicis nuevas “pero no de alta gama”, bolsas de dormir, carpa, anafe, un cargador solar, algo de ropa y siete litros de agua cada uno. Con sencillez y humildad piensan recorrer el país y su gente en la maravillosa experiencia que decidieron emprender. Conocer lugares, personas y a ellos mismos: “Lo que te da el viaje es mucha fortaleza mental, ayer por ejemplo estábamos muy cansados pero el cerebro se portó re bien, llegamos y hoy estamos completamente nuevos”, contó Nicolás ya camino a Armstrong, su segunda parada de la provincia.

En las fotos que Nacho y Nico fueron van subiendo a su página Pedaleando el Corazón se los ve con cada una de las personas con que se fueron cruzando en estos días de viaje, que recién arranca pero que ya los llenó de experiencias. Piden, con una alegría que contagia, que a través de su Fan Page de Facebook les escriban, les tiren fuerzas, data y recomendaciones. “Todo es bienvenido”, agradecen.