La Ciudad

Primer paso: gracias a la cadena de favores, Omar reparará uno de los techos de sus galpones

Su carpintería se vio seriamente afectada durante el último granizo. Gracias al esfuerzo y la ayuda que recibió desde diferentes lugares, este fin de semana trabajará junto a un equipo de amigos para la reparación.

Sobre el costado del galpón, un andamio ya está preparado para el trabajo en equipo de este fin de semana largo. A un costado, descansan las chapas y demás insumos, listos para ser colocados con el fin de reemplazar el techo roto por el granizo de fines de febrero. Omar Depascuale contó con la ayuda desinteresada de muchas personas, incluso de gente que lo hizo de forma anónima, y podrá reparar los grandes daños que causaron las piedras.

Durante el mes y medio que pasó desde que aconteció la tormenta, los galpones subsistieron gracias a unas lonas de camiones que le donaron a Omar desde San Jerónimo y le permitieron seguir trabajando. Más allá de que esos elementos funcionaron como paliativo, solo hubo unas pequeñas filtraciones. Ahora, junto a la ayuda de amigos y su familia, que se repartirán las tareas, cambiará las chapas gracias a una gran donación que le fue hecha desde una empresa. 

Las chapas con las que cuenta le permitirán arreglar uno de los ambientes en los que trabaja, el más dañado de los dos con los que cuenta. Es el que más cuidado necesita y donde piensa montar una especie de atención al público a futuro, para vender sus producciones en la carpintería. Para el otro taller ya habrá tiempo, aunque estima que no pasarán muchos días para realizar la reparación. De hecho, durante la semana charló con quienes serán sus ayudantes y piensa terminar el trabajo el sábado.

Entre las colaboraciones que recibió, Omar enfatiza que hubo muchas personas que prestaron su granito de arena. De hecho, señala que sería injusto nombrar a unos pocos porque la importancia de las donaciones no está en la cantidad, sino en la acción. “Siempre digo que se trata de una cadena de favores”, señala en diálogo con El Roldanense. Incluso, la charla debió interrumpirse por unos segundos, dado que habían llegado nuevos materiales. Tras el granizo, no fueron pocas las personas que se comunicaron con él para realizar un aporte.

Más allá de las chapas, él mismo hizo una inversión costosa de elementos necesarios para la colocación, como perfiles, lana de vidrio y tornillos. En eso, representó una ayuda importante el dinero que recibió en una cuenta de Mercado Pago que creó su ahijado, inmediatamente después de la pedrada. También, a Omar le prestaron herramientas que facilitarán su trabajo en el cambio del techo y permitirán una mejor labor colectiva. Tras la incertidumbre de aquel día, él, que heredó el oficio de su padre, puede dar el primer paso en la reparación definitiva.