Perspectivas

¿Qué dejó el primer debate presidencial Biden vs Trump?

La pandemia se hace presente en medio de la carrera por la Casa Blanca tras un tenso primer debate entre los contendientes.

El primer debate presidencial: a la izquierda, Joe Biden (Partido Demócrata) – a la derecha Donald Trump (Presidente y candidato por el Partido Republicano) El primer debate presidencial: a la izquierda, Joe Biden (Partido Demócrata) – a la derecha Donald Trump (Presidente y candidato por el Partido Republicano)

Por: Alan Stummvoll (*)

La carrera hacia el Salón Oval de la Casa Blanca del próximo 3 de noviembre, tuvo el pasado martes su primer cruce directo entre el presidente republicano, Donald Trump (74) y el candidato demócrata, Joe Biden (77) en las instalaciones de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland, Ohio.

El primer debate de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, se tradujo en una álgida jornada de acusaciones cruzadas con una transmisión ininterrumpida de dos horas y media. El moderador, para el primer capítulo de la trilogía de debates, fue el periodista Chris Wallace, quién además de intervenir sistemáticamente, a fin de ordenar el devenir del debate, interpeló a ambos candidatos de forma directa en varias oportunidades.

Antes de avanzar, es importante aclararle al lector que el siguiente análisis se centra en el desempeño y en la estrategia de los candidatos a lo largo del debate, y no en el sustento moral y ético de sus declaraciones y/o juicios individuales.

Un formato hostil para Biden

El formato del debate de Estados Unidos, es diferente al que se ha implementado en las presidenciales de Argentina, dado que este: a) no posee cortes de transmisión, b) permite la confrontación directa entre ambos candidatos, c) da lugar a las intervenciones, e interpelaciones, del moderador, d) e incluye, una selección de preguntas enviadas por los electores, que van por fuera de lo determinado por la Comisión de Debates Presidenciales. En esta ocasión, los temas seleccionados sobre los que ambos candidatos tuvieron 15 minutos para explayarse fueron: 1) Corte Suprema de Justicia, 2) Pandemia, 3) Economía, 4) Racismo, 5) Violencia en las ciudades, y 6) Transparencia Electoral.

Este formato, favorece la posibilidad de que los candidatos conviertan al debate en un festival de boxeo discursivo, como culminó sucediendo en esta oportunidad. Desde el principio, Trump se enfocó en dominar el debate, interrumpiendo e irritando a Biden, desestimando las reglas y omitiendo los llamados de atención del moderador. Esta actitud confrontativa y prepotente, del actual presidente, llevó al candidato demócrata a perderse varias veces en su libreto, lo cual le generó perceptibles dificultades para cerrar sus argumentos públicos.

Es importante recordar que Trump, tiene una trayectoria en la televisión, siendo presentador del reality show “The Apprentice” durante doce temporadas. Esta capacidad comunicativa que posee un líder para expresarse en cámara se denomina telegenia, y esto abarca desde el dominio del discurso, las emociones, lenguaje corporal, el vestuario y la escenografía, hasta la capacidad para entretener y divertir a la audiencia. En este punto, Trump sostuvo una clara ventaja que utilizó a su favor para perturbar a un Biden que si bien, intentaba no salirse de su discurso, demostraba los efectos de la intensidad del republicano en su gestualidad: nervios, fastidio, cansancio, agachando la cabeza y cerrando sus ojos en varias oportunidades.

Por el contrario, la estrategia de Biden, se centró en descalificar a Trump a lo largo de los distintos segmentos del debate, sin hacer contacto visual, criticando sus políticas y proponiendo un futuro mejor. “Trump es un mentiroso, racista, xenófobo – No tiene un plan – Está en contra de la ciencia y en contra de los científicos – Es un Multimillonario al que no le importa en absoluto la situación, el trabajo y/o la salud de los ciudadanos de a pie. Acusó a DT de sólo haber pagado 750 usd de impuestos entre 2016 y 2017 “voy a terminar con los beneficios fiscales de los Trump”.

Las mejores intervenciones fueron recopiladas y editadas horas después por los equipos de campaña, a fin de fortalecer las posiciones de sus candidatos, intentando estimular la percepción del electorado.

Si no sabes a quién le hablas, es difícil saber quién eres

Mientras el eslogan de Trump exalta la grandiosidad, el orgullo, la excepcionalidad y el nacionalismo norteamericano “Make America Great Again”; Biden intenta ser el candidato de la unidad de los diversos colectivos afroamericanos, latinos, LGTBIQ, ecologistas, inmigrantes, damnificados por la pandemia y la crisis económica, y demás electores que repudian las políticas del republicano. El problema de Joe Biden, es que al querer llegar a todos los votantes “No-Trump” culmina teniendo posturas demasiado moderadas y poco consistentes. Los tópicos en los que se esperaba una mayor solidez de parte del candidato demócrata (como pandemia y racismo), terminaron con argumentos leves y hasta contraproducentes.

En la temática racismo, Biden, aludió al caso de George Floyd para sostener que “el sistema judicial americano es injusto, hay una justicia para blancos y otra para negros. Por eso necesitamos un sistema judicial más equitativo” “La violencia no es el camino” “Trump es un racista” “El único camino es la unidad contra la desigualdad y la injusticia”.

Pero como señalamos anteriormente, este lineamiento discursivo cuenta con varias fisuras, y es allí donde el moderador apuntó sobre las escaladas de violencia en Portland y Oregon, al preguntarle a Biden: “¿Usted llamó a sus compañeros demócratas que gobiernan esos distritos para decirles que frenen la represión? ¿Apoya la campaña Black Lives Matter?” La indefinición arrojó respuestas poco convincentes.

Es en este sentido, en el que Trump presionó durante todo el debate a Biden, para definirlo como un candidato de la extrema izquierda demócrata, tratándolo de socialista, con el fin de alejarlo de los electores indecisos del centro: “va a subir los impuestos”, “nos va a encerrar a todos en una cuarentena extrema”; “está en contra de la ley y el orden, y a favor de los disturbios organizados por la extrema izquierda demócrata”. Sin embargo, su avasallante comportamiento no salió indemne de los reveses del moderador. El cual cuestionó duramente varias de las políticas del presidente, especialmente las que afectan al medio ambiente.

Como en todo debate, “el ganador” es subjetivo, pero si evaluamos el desempeño de Trump advertimos que logró dominar la pantalla a través de su telegenia. A diferencia de Biden, los electores de Trump respaldan sus políticas y su estilo “anti-político”. Queda menos de un mes para el día de las elecciones, los demócratas deberán sostener su ventaja en las encuestas, ajustando su discurso para los próximos debates, completando el rompecabezas para persuadir a su pluri-verso electoral, y esperando que la recuperación de Trump, tras dar positivo de Covid-19, no potencie las chances del presidente de obtener la reelección.

 

(*) Licenciando en Ciencia Política (UNR) – Comunicación Política y Opinión Pública (FLACSO- Argentina)