Emprendedores

Colecciona antigüedades hace casi 50 años y abrió un showroom en Roldán para venderlas

Ubicado en Punta Chacra, "El Granero" acumula un inventario inmenso con objetos de decoración y elementos de otro tiempo. Busca que las piezas lleguen a gente “que las valore y aprecie”.

Jorge Couso tenía 20 años cuando comenzó su afición por el coleccionismo. Por entonces, buscaba antigüedades y elementos a los que darle una nueva funcionalidad. Lo hacía con obstinación y el objetivo de hallar algo nuevo a cada paso, un objeto que pudiera ser una reliquia. Esa iniciativa se pronunció con el paso del tiempo y se convirtió en un hobby por el que ha viajado hasta 500 kilómetros en búsqueda de una pieza. Hasta que llegó el momento, a sus 68 años, de comenzar a vender lo acumulado, para que cada cosa tenga su continuidad.El showroom que construyó en el barrio Punta Chacra parece enclavado en otro tiempo. Dentro de “El Granero Arte y Diseño”, como denominó a su espacio, hay una cantidad incalculable de objetos que Jorge fue juntando con el tiempo. “Es bueno que estas cosas de las que uno se desprende vayan a buenas manos, a gente que realmente valore y aprecie”, cuenta desde el interior del local a El Roldanense. Junto a los elementos antiquísimos, hay otros exclusivos de tiempos más cercanos y otros que mandó hacer a medida.Sobre una pared, una estantería está decorada con una gran cantidad de sifones de soda de distintos colores. Es que, según explica el dueño de casa, el rosa era exclusivo de las mesas de aristócratas y millonarios; el azul estaba destinado a los cafés de profesionales y el verde era el de la clase media. Su pasión comenzó, justamente, por los sifones y las botellas viejas de gaseosas. “Acá podes encontrar un mix de antigüedades y cosas que se hacen ahora a partir de maderas viejas y objetos antiguos, a los que se les da una segunda oportunidad”, dice.De todos modos, el inventario de “El Granero” es mucho mayor. El mismo Jorge lo describe: “Hay lámparas de autor, objetos curiosos, muebles, mesas, sillones, baúles, valijas, ventiladores, planchas, algo de vajilla, adornos para decoración de interiores, mesas ratonas, pie y respaldo de cama, marcos para espejos -cuenta y sigue-. También, estufas antiguas, radios a válvula, ollas de cobre, mueble recibidor, latas de galletitas, cajoncitos de madera, lámparas hechas con objetos de campo, baúles, mesas de luz, barquitos de cuero, objetos de cerámica, ceniceros hechos con herraduras y elementos pintorescos”.Jorge asegura que decorar lugares con objetos antiguos es una moda actualmente. “Cuando empecé, 40 años atrás, no era así y éramos pocos los locos”, argumenta y suelta una carcajada. “Siempre me sentí atraído por esto. No le encuentro mucha explicación, simplemente es algo que te gusta o no, como cualquier tipo de arte”, narra. Muchas de las cosas que posee, claro, tienen su valor sentimental. “Por ahí uno ve algo y piensa ‘uh, esto era de mi abuela’, o ‘me acuerdo de esto de cuando era chico’. Y así surgen lindas charlas”, afirma.A la hora de hacer memoria hay recuerdos profundos de sus inicios. “En mis tiempos libres, cuando terminaba las visitas a los clientes de mi trabajo, preguntaba dónde podía encontrar este tipo de cosas. Viajaba y enseguida buscaba un rato para ver qué me podía traer”, especifica.El proyecto de Jorge es totalmente personal y el showroom es su segunda casa, lleva su impronta personal. No se trata de un espacio que funciona con horario comercial, sino que es necesario concertar una cita para visitarlo y comprar lo que uno desee. “La atención aquí es cercana. Es el contacto, la charla, y surgen cosas graciosas”, señala. “La idea es volver al diálogo, ya que todo se ha vuelto muy frío. Busco el contacto personal, el face to face, me parece interesante conocer a la gente y ver qué tipo de gusto tiene, para poder asesorarla”, suma.Con tantos años de experiencia y conocimientos, Jorge hizo amistad con coleccionistas de otras partes del mundo, como España o Francia. A la vez, es miembro del Museo del Sifón, se asume como una persona más compradora que vendedora y admite que cada objeto tiene su valoración porque lo lleva consigo desde hace mucho tiempo. Sin embargo, llegó el momento de que muchos de ellos sigan su curso. “Creo que estas cosas deben pasar de mano en mano, para que las reciban personas con pasión que entiendan lo que tienen. De eso se trata”.Para concertar una cita y acudir al showroom, ubicado por calle El Lucero al 1476 (Punta Chacra), es necesario comunicarse con el número 3412858229.