En respuesta a consultas sobre la importancia del nuevo código urbanístico, el Concejal de Juntos por el Cambio, Roberto Amsler, subrayó que “hemos pasado años viviendo con un desarrollo urbano insuficiente y anárquico. Hace tiempo que Roldán debió darse una norma que impidiese la expansión desarticulada de la ciudad, y diera coherencia a su desarrollo”.

“La ordenanza de 2015, no sólo carecía de dirección en la planificación urbana, sino que impedía la concreción de cualquier emprendimiento sin que fuese declarado de excepción. Y esto era una anomalía. Un Estado no puede gestionar viviendo de la excepción”, consideró.

Asimismo, sobre su decisión de darle el visto bueno al proyecto del Ejecutivo puntualizó: “Nosotros encontramos que el código urbano es coherente, tiene consistencia desde el punto de vista de la planificación, y marca con precisión las áreas de futura expansión de la ciudad. Esto fue largamente estudiado, y aún con aspectos a ajustar, el código será referencial”.

“Injuriar y despreciar el debate es insano e innecesario”

“Cuando se dicta una norma, lo usual es estudiarla, consultar con expertos y participar del debate. Es muy sencillo criticar, declararse ausente, y luego calumniar a quienes sí hemos decidido analizarlo. Nuestro grupo viene ocupándose del tema hace meses, y el diálogo es una herramienta fundamental de la política. Injuriar y retirarse del debate no es algo que veamos ni sano, ni conveniente”, dijo el edil como un tiro por elevación al bloque del Frente Roldanense.

Pero también repartió para el otro lado: “Hubiésemos deseado que este debate se hubiese dado antes. Y siempre escuchamos las intenciones de darlo. Pero nunca se materializó. Por ello nos resulta extraño que el oficialismo expresara su queja en cuanto a la lentitud. No hubo lentitud, lo que hubo fue una demora infundada en no presentarlo antes para debate. De ellos dependía”.

“Sesionar y legislar como corresponde”

“Lo que presentamos nosotros fueron una serie de observaciones que finalmente fueron incorporadas. No estábamos de acuerdo con la preventa infundada, con la penalización al productor, y con la falta de control por parte del legislativo”, dejó en claro y siguió: “Propusimos además la creación de una comisión de revisión semestral. Y todo ello se incorporó en la tarea de sesionar y legislar como corresponde”.

“Lo que permitirá el nuevo código es prevenir el fraude, impidiendo la construcción de proyectos sin las infraestructuras necesarias, descargar la presión tributaria sobre el vecino que con sus impuestos sostuvo los errores producidos por la ausencia de la norma, y orientar el desarrollo urbanístico por áreas, en las que se definen perfectamente lo que se puede hacer y lo que no”, especificó.

“Quienes nos sucedan también deberán observar el código”

“Esta sí es una norma importante. Sí es una norma que requería que todas las fuerzas se expresaran y que discutieran los aspectos relevantes. Sin embargo, nos encontramos con que debimos discutir casi a solas las modificaciones, haciéndonos cargo de una situación que debió interpelar a todos”, disparó.

Amsler también destacó: “Como síntesis puedo decir que es una excelente noticia tener un marco de referencia normativo en cuanto al futuro urbanístico de la ciudad, que el código es consistente, y que hay sistemas de revisión y actualización sobre el que los futuros legisladores podrán trabajar. El proyecto no se presenta como un libro cerrado, sino como un sistema que regula, por un lado, y que puede ir reajustándose según vaya orientándose el desarrollo de la ciudad”.

“Los funcionarios que vengan no podrán tomar decisiones de manera arbitraria. Deberán observar lo que dice el código, y por lo tanto seguir un patrón de crecimiento planificado. Quien no comprenda esto, tendrá muchas dificultades para operar. Aquí se termina la discrecionalidad y el abuso”, concluyó.