La Región

El oscuro trasfondo de la balacera en Piñero que terminó con un herido atendido en el Samco

El hombre que llegó por sus propios medios al efector de salud local fue víctima circunstancial de una interna en un negocio turbio.

El domingo al amanecer un auto con dos ocupantes se estacionó frente al portón de ingreso de la cárcel de Piñero donde centenares de personas esperaban turno para visitar a internos. Uno de los que iba en el auto se bajó del lado del acompañante, apuntó a la hilera de las visitas y efectuó varios disparos, que hirieron levemente a dos personas, una de las cuales -un hombre de 28 años- llegó por sus propios medios a atenderse en el Samco de Roldán.

Según una nota publicada por el diario La Capital y firmada por el periodista Hernán Lascano, la investigación del caso avanzó sobre los móviles ocultos de una agresión que no buscó matar sino ser una advertencia. Así, se estableció es que el ataque tiene que ver con la venta de números que se asignan para el orden de la fila de visitantes, un negocio manejado por un grupo consistente de personas que tienen relación con detenidos en esa unidad penitenciaria y que rinde un promedio de 40 mil pesos por fin de semana.

La investigación llevada a cabo en una fiscalía de Rosario detectó en escuchas telefónicas existentes con anterioridad al ataque del domingo que una pequeña organización tiene el control de los números de ingreso a la cárcel de Piñero. En esas llamadas captadas queda claro que quienes manejan el negocio tienen cobradores que recaudan entre 300 y 800 pesos por cada visitante. Lo que venden es un orden de acceso para que las personas que entran a visitar a sus allegados detenidos no deban esperar excesivamente para entrar y de paso para que se garanticen otros beneficios u objetos para su visita. La información de la fiscalía indica que hay mil visitantes por fin de semana que, con valores cambiantes para ingresar, redondean una recaudación de unos 40 mil pesos por las jornadas de visita para los dueños del emprendimiento.

La información que maneja el Organismo de Investigaciones (OI) indica que el control del talonario, como le llaman, lo monopolizó hasta hace dos semanas Ramona Elvira A., una mujer de barrio Tablada conocida como «La Gringa» sospechada de «gerenciar» en la calle las actividades de la banda cuyo liderazgo desde la cárcel le atribuyen a René Ungaro. El viernes pasado su casa fue allanada pero no la encontraron. Como desde entonces está prófuga, según fuentes del OI, el domingo apareció en su lugar una emisaria suya frente al acceso a Piñero a quien personas no identificadas arrinconaron y arrebataron los números.

Un rato después ocurrió el incidente con disparos. Fue a las 5.15 de la mañana, mientras familiares de los internos aguardaban el turno para ingresar a la penitenciaría y un auto blanco con conductor y acompañante se detuvo frente al portón. El acompañante se bajó del vehículo y disparó entre siete y ocho veces, sobre la puerta, como sostuvo un testigo que declaró en sede policial.

Como consecuencia de la agresión resultaron heridos Milagros D., de 24 años, y Matías M. de 28, un ex suboficial de Gendarmería Nacional. Se considera que la ligaron de rebote los disparos por estar en la cola.

Examinando las motivaciones de un hecho tan grave, un abuso de armas contra una multitud de personas indefensas, en el Ministerio Público de la Acusación detectaron el negocio del talonario de números. Y a la vez se supo que la venta de turnos es la punta del iceberg de otros intercambios.

Afuera y adentro

Los balazos del domingo expresaron una puja por el control del negocio que la ausencia de La Gringa, desde ayer con pedido de captura, desató en la puerta de Piñero. «Surge con muchísima claridad que detrás del número de ingreso hay otras negociaciones que van desde conseguir un teléfono, ingresarlo con un aparato de wifi, de tarjetas sim o chips y hasta gestionar cambios de pabellón», dijo a este diario uno de los investigadores.

Por este motivo en el MPA está en fuerte consideración la connivencia presunta del personal de custodia de la cárcel. «No se trata sólo de una disputa por el control de los turnos de visita sino también de lo que se comercializa adentro», resumió la misma fuente. Las escuchas de donde proviene la información son de mujeres que, de acuerdo al vocero, regentean este negocio en favor de varios detenidos en esa cárcel.

El viernes pasado fue allanada la casa de La Gringa y de familiares, donde se encontraron armas de fuego. Su hija y su yerno quedaron detenidos. La Gringa es considerada por el OI y el MPA como lugarteniente y administradora de negocios de René Ungaro, que cumple condena en Piñero por el asesinato del ex líder de la barra brava de Newell’s Roberto Pimpi Caminos.