Emprendedores

Le puso el ojo al consultorio propio y no paró hasta lograrlo

Vanesa abrió su espacio de oftalmología hace dos semanas en Tierra de Sueños 2. Cuenta con dispositivos de primer nivel y, además de los turnos específicos, atiende urgencias.

Durante un buen tiempo, Vanesa Sapia alternó su trabajo como oftalmóloga en dos lugares, su consultorio en Rosario y su trabajo una clínica local. Sin embargo, en Roldán atendía solo los jueves y se le hizo común ver a sus pacientes viajar para verla y así no tener que esperar una semana. Con la pandemia, esa cuestión se profundizó, por lo que la idea de abrir un consultorio propio en el barrio Tierra de Sueños 2, barrio del que es vecina, se acentuó. Un sueño que se convirtió en realidad hace poco tiempo.“Entendí que era un servicio que el barrio y la zona necesitaban, un servicio de calidad, especializado y al llamado, sobre todo para urgencias”, dice ella a El Roldanense.  “La necesidad de resolver los problemas oftalmológicos y continuar con controles de patologías crónicas sin tener que trasladarse a Rosario se hizo mayor”, complementa. Hoy, su nuevo espacio, ubicado por la Avenida de la Paz al 2679 (frente al Big Shop), dispone de dispositivos de primer nivel para diagnósticos al instante.Así como hoy posee sus elementos de trabajo, dice que la oftalmología depende mucho de las evoluciones tecnológicas, por lo que no descarta seguir incorporando herramientas en un futuro. “Tengo todo para cubrir la consulta oftalmológica, solo para cuestiones que requieren de mayor complejidad derivo a centros rosarinos”, señala Vanesa. “Cuento con los dispositivos que me permiten evaluar el aparato visual en su totalidad, tanto de adultos como de niños, recetar adecuadamente correcciones ópticas, diagnosticar y hacer seguimiento de patologías crónicas, como por ejemplo el glaucoma o la retinopatía diabética”, describe.La decisión de dejar su anterior lugar de trabajo y abrir un espacio propio está relacionada con tener un contacto más directo con sus pacientes, pero también porque “el consultorio era compartido y ya no entraba por una cuestión física, de espacio”. Antes atendía solo un día a la semana, hoy brinda turnos para lunes y martes de 18 a 20.30, miércoles de 19 a 20.30, jueves de 9 a 11 y de 16 a 18, y viernes de 18.30 a 20.30. “También, necesitaba estar más cómoda y ofrecer un servicio acorde a las necesidades de la gente. Aquel que tiene un orzuelo, un cuerpo extraño y necesita resolución urgente, no podía esperar una semana para poder verme”, asegura.Junto a los horarios preestablecidos, la doctora dice que también atiende urgencias, un aspecto crucial de su nueva forma de trabajo. “Al ser vecina, si algún paciente me llama por una urgencia, trato de resolverlo lo antes posible. Coordinamos un horario y lo veo”, explica. En un principio, Vanesa imaginó un lugar que sea suyo para desempeñar su profesión. Luego, lo vio como algo tangible, ya fuera de su anterior trabajo. Y mientras continúa atendiendo en Rosario, abrió su consultorio para estar cerca de la gente. “Para mí, significa una alegría inmensa. Es el fruto de años de esfuerzo y trabajo”.

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