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Producción local, hasta un millón de unidades mensuales: así lidera Greenie el mercado de bolsas ecológicas

La utilización de bolsas de friselina, también conocidas como bolsas de tela no tejida, se ha multiplicado en comercios, eventos, promociones y acciones institucionales.

En un mundo que avanza hacia modelos de consumo más responsables, las empresas que ofrecen soluciones sustentables ganan protagonismo. Dentro del sector del packaging, las bolsas ecológicas se han transformado en una alternativa efectiva al plástico descartable, combinando funcionalidad, imagen de marca y compromiso ambiental. En la Argentina, una compañía ha logrado posicionarse como referente en este rubro gracias a su capacidad productiva, su variedad de modelos y su enfoque en la sustentabilidad.

La utilización de bolsas de friselina, también conocidas como bolsas de tela no tejida, se ha multiplicado en comercios, eventos, promociones y acciones institucionales. Son resistentes, reutilizables y 100% reciclables, lo que las convierte en una herramienta ideal para transmitir valores ecológicos desde la identidad de una marca. Además, su superficie permite una amplia personalización mediante impresión con tintas al agua, sin impacto contaminante.
Una de las claves del liderazgo en este mercado es la capacidad de responder a diferentes necesidades. Desde bolsas planas y con base, hasta mochilas, modelos con cordón o diseños especiales para botellas, la oferta es amplia y flexible. Esto permite a empresas de todos los rubros encontrar el formato adecuado para su propuesta comercial o institucional.

La producción local también es un diferencial importante. Contar con planta propia equipada con tecnología de avanzada permite garantizar calidad constante, entregas en tiempo y una escala de fabricación capaz de cubrir grandes volúmenes, con hasta un millón de unidades mensuales. Este volumen ha permitido consolidar relaciones con marcas líderes que buscan coherencia entre sus valores y las acciones concretas que comunican.

A esto se suma un enfoque ecológico integral. Cada etapa del proceso productivo está diseñada para minimizar el impacto ambiental, utilizando materiales reciclables, procesos libres de desechos tóxicos y energía eficientemente gestionada. La sustentabilidad no se limita al producto, sino que forma parte de la cultura organizacional.

La tendencia a reducir el uso de plásticos de un solo uso está en pleno crecimiento, impulsada tanto por la conciencia social como por regulaciones locales e internacionales. En este contexto, las bolsas reutilizables ganan terreno como una solución real y efectiva. Su funcionalidad las convierte en objetos de uso diario, mientras que su personalización las transforma en soportes publicitarios de alto impacto.

Para conocer los diferentes modelos, ver opciones de personalización o solicitar presupuestos, se puede ingresar al sitio de Greenie, donde también se detallan las características técnicas de cada producto, las posibilidades de entrega a nivel nacional y algunos casos de éxito. La combinación de compromiso ambiental y soluciones a medida sigue siendo una señal de liderazgo en un mercado que valora cada vez más la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.