La Ciudad

Sangre en toda la casa, un martillo en el auto y el cuerpo en el aljibe: los detalles escabrosos del crimen del gendarme

Los fiscales de la causa brindaron algunos detalles, como que el comandante estaba en un proceso de separación de su exesposa, quien se encuentra detenida.

El 10 de julio fue la última vez que Gustavo Elorrieta, Segundo Comandante de gendarmería de 42 años, tuvo contacto con su familia. Fue cuando avisó que había llegado bien a Roldán, donde vino a visitar a sus dos hijos de 11 y 17 años que había tenido con su expareja. Desde ese día, nunca más se pudieron comunicar con él ya que dejó de contestar el celular. Este viernes 29 de julio encontraron su cuerpo sin vida adentro de un aljibe en un descampado camino al Cementerio local.

Fueron casi 20 días los que estuvo desaparecido sin que nada se supiera de él, sin embargo nunca se realizó una denuncia de paradero. Fue su hermana, desde Corrientes de donde él también era oriundo, que empezó a llamar a los medios de comunicación contando su historia. Es que fue desde este lunes 25 recién que comenzaron a buscarlo oficialmente, ya que era el día en que debía presentarse a trabajar y no lo había hecho.

En el medio, un “accidente” de tránsito con el Volkswagen Bora gris en el que llegó Elorrieta a la ciudad, que luego se confirmó que no fue un accidente, sino que, según la hipótesis más certera que manejan los fiscales, fue el medio en el cual trasladaron el cuerpo del gendarme “entre varias personas” al lugar donde finalmente apareció este viernes, tapado por lonas y ramas.

De hecho, fue el perro de la policía el que logró dar con el cuerpo, una vez que los investigadores del caso habían determinado la zona. Para eso fueron cruciales las filmaciones de las cámaras de monitoreo públicas aportadas a la fiscalía por la Municipalidad, según determinaron los propios fiscales Adrián Spelta y Gastón Ávila este jueves pasadas las 20.30 cuando hablaron con la prensa y aportaron más detalles.

Ante la consulta con los medios de prensa de toda la región que se hicieron presentes en el lugar, los fiscales contaron que se encontró un martillo dentro del Bora gris de Elorrieta, que fue hallado volcado en el camino al cementerio sin ocupantes el pasado 12 de julio, aunque no se puede afirmar que haya sido el elemento utilizado para el crimen.

Por su parte, Ávila confirmó que el celular del gendarme dejó de funcionar el pasado 10 de julio. “El gendarme estaba en un proceso de separación de su esposa, con la que tiene dos hijos, tenía otra pareja”, explicó.

Relató, de acuerdo a lo investigado, que vino de vacaciones a Roldán el 10 de julio y que esa noche le envió mensajes a familiares para avisar que había llegado. Hacia la medianoche fue la última vez que su teléfono recibió señal de antena.

Además, señaló que la familia y los hijos «nunca hicieron una denuncia de paradero» y que en la casa de su ex pareja encontraron «documentación propia de Elorrieta y una cantidad inusitada de sangre para lo que es un domicilio«, aunque aún no se hicieron las pruebas de ADN para determinar a quién corresponde.

Por el caso hay cuatro personas detenidas, entre ellas su exesposa y su hijo de 17 años que el próximo martes serán sometidos a audiencia imputativa.